En una ceremonia realizada el 3 de junio en el auditorio de CUAltos, se llevó a cabo el acto de imposición de cofias y galones a 38 estudiantes de enfermería de tercer semestre.
Con este acontecimiento se da apertura a los alumnos a sus prácticas clínicas en escenarios reales en donde el cuidado de los pacientes es la esencia de la profesión de enfermería, el cual se puede definir como: “Una actividad que requiere de un valor personal y profesional encaminado a la conservación, restablecimiento y autocuidado de la vida que se fundamenta en la relación terapéutica enfermera-paciente”, explicó la doctora Oliva Yañez Machorro, coordinadora de la licenciatura en Enfermería, quien al dirigirse a los jóvenes habló de la estructura del campo clínico, del significado del uniforme, y de la trayectoria de la enfermería, entre otros aspectos.
También se dio una breve reseña de la profesión, en donde se contó con una representación en homenaje a Florence Nightingale, recordándola en su condición de fundadora de la Enfermería profesional. Florence fue y sigue siendo un modelo de inspiración para los valientes hombres y mujeres que han decidido dedicar su vida al cuidado de enfermos. A inicios de la década de los años 70, el mundo entero, por iniciativa del Consejo Internacional de Enfermeras, se comenzó a conmemorar también el Día Internacional de la Enfermera.
Con esta formalidad, los alumnos asumen un compromiso y responsabilidad para con el paciente, al tener un trato directo, de calidad y humanismo con él; esto es, llevar a la práctica los conocimientos teóricos del aula, al conocer los cuidados y atenciones que deberán brindar al enfermo, ya en la realidad, apuntó la doctora Oliva.
“La observación indica cómo está el paciente; la reflexión indica qué hay que hacer; la destreza práctica indica cómo hay que hacerlo. La formación y la experiencia son necesarias para saber cómo observar y qué observar; cómo pensar y qué pensar.”
―Florence Nightingale
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