Buscan investigadores de CUAltos conocer necesidades de alumnos a través de estudio
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09 Jun 2016
A través del “Diagnóstico sobre las características socioeconómicas, familiares y culturales de los estudiantes de primer ingreso” realizado por académicos del Centro Universitario de Los Altos, se pretende identificar los puntos débiles, carencias y áreas de oportunidad de la comunidad estudiantil de CUAltos.
Y es que con los datos que arroje el estudio podría generarse la posibilidad de gestionar apoyos económicos para los estudiantes de primer ingreso que lo necesiten, según indicó la Maestra y encargada del estudio, Rosa Elena Legaspi Barajas, adscrita al departamento de estudios organizacionales de este Centro Universitario.
“La idea es proponer a la institución programas que sean de apoyo para los alumnos que estén en situaciones de riesgo que pudieran obligarlos a dejar la escuela” (…) Nuestro instrumento está enfocado a los alumnos de primer ingreso, precisamente para identificar en qué podemos ayudarles, sus puntos débiles, qué podemos fortalecer desde la parte académica y familiar a través de algunos programas como tutorías o de formación integral que maneja el CUAltos”.
El análisis comenzó con levantamientos de testimonios desde el calendario 2012 B al 2014B y compiló las experiencias de más de mil estudiantes de los 13 programas académicos que se ofertan en CUAltos.
El diagnóstico está apoyado en los instrumentos de un estudio similar realizado por la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES) y establece por lo menos tres campos de observación:
-La formación académica de los padres de los estudiantes así como el nivel económico de los mismos, con la finalidad de saber si los estudiantes son independientes financieramente o no.
- Las condiciones y hábitos de estudio de los alumnos, pues esta parte evalúa sí los alumnos tienen espacios y el material adecuado para llevar a cabo sus tareas académicas.
-La dedicación y consumo de los alumnos en el área cultural dentro y fuera de la institución: ir al cine, teatro, conciertos, etc.
El estudio aún está en la fase de procesamiento estadístico y los resultados finales estarían hasta el calendario B de 2016, pero en este momento ya hay datos relevantes sobre las prácticas, hábitos y carencias de la comunidad estudiantil y ha expuesto que una parte de la comunidad estudiantil enfrenta situaciones que, si bien no limitan el que sigan estudiando, sí complican el proceso. Se ha comprobado que los estudiantes sí tienen restricciones de tiempo, ya sea porque unos se tienen que trasladar de residencia, dividir su tiempo entre un empleo de medio turno y el estudio, o provienen de comunidades donde el acceso a internet es aún limitado o nulo.
“Muchas veces los trabajos son muy pesados y no pueden hacer otra cosa más que el trabajo, generando así que el tiempo que dedican para el estudio sea poco (…) Los estudiantes que trabajan 20 horas por semana, tienen libre para estudiar y hacer tareas sólo en la noche. Hay unos que no tienen internet, por lo que para las investigaciones la tienen complicada, y luego en la escuela los horarios corridos, no les dejan un tiempo para descanso en el que puedan investigar”, agregó la investigadora.
La diversidad en la formación académica de los investigadores que están realizando el estudio (de caracteres administrativos y sociales), le da al mismo un enfoque rico en variables y posibilidades de apoyo.